GRI En fletes marítimos: Pautas para entenderlo

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El GRI para fletes marítimos (Por sus siglas en inglés General Rate Increase) es un ajuste a las tarifas de carga que aplican las empresas navieras cuando los niveles del mercado descienden y necesitan recuperar recursos. Aunque se consideran como una precaución ante posibles monopolios, se deciden de manera unánime.

Variaciones del mercado

El mercado de fletes marítimos suele comportarse de manera estable, pero hay ocasiones en que varía en lapsos de tiempo relativamente cortos. Esto se debe a:

  • Existe poca demanda y excesiva oferta, lo que ocasiona que los fletes reduzcan su precio de manera brusca. Esto produce que los precios bajen drásticamente y las navieras busquen recuperar niveles saludables para sus operaciones aplicando este adicional cuando lo consideran necesario.
  • Como los costos de transporte son un punto importante en la decisión de compra, las variaciones de este elemento suelen ser anunciadas con una antelación que varía entre las dos y 4 semanas antes de aplicarse.

¿Podemos evitarlo?

La Organización Marítima Internacional (OMI) recomienda tener en cuenta algunos factores para programar satisfactoriamente nuestros envíos internacionales y evitar sobre costos.

  • Es importante tener una programación y constante coordinación de nuestras siguientes cargas no solo con nuestro transportista sino con el proveedor.
  • Tener presente un pronóstico al detalle de nuestras fechas de embarque nos ayuda a evitar sorpresas y gastos que no hayamos tomado en cuenta desde el inicio.
  • Este sobre costo puede ser aplicado a distintas líneas. Por ejemplo, para mercancías que tienen como destino final los Estados Unidos, la variación del GRI debe ser anunciado 30 días previos a su aplicación, según establece la Comisión Federal Marítima (FMC).
  • Cuando entra en vigencia, se transforma en parte de la tarifa de flete marino que incluye la tasa anterior más la aplicación de esta variable. Esto se denomina GRI “roleado”.
  • Siempre debemos considerar factores externos para predecir un incremento de este factor. Por ejemplo, costos de hidrocarburos, cambios en la demanda, aparición o salida de competidores, sobrecarga, etc.
  • Mantener una constante comunicación con nuestra empresa marítima en lo que se refiere a fecha de carga. Además, coordinar oportunamente con los proveedores y la agencia de aduanas, ayuda a contrarrestar los aumentos en el flete.
  • Siempre será una buena idea negociar las tarifas a un término medio que puede ser de 3 meses, así disminuimos el riesgo de encontrarnos con sorpresas en las tarifas después de haber embarcado nuestro contenedor.

Temporada alta

Es conocido que, durante la temporada de vacaciones, la demanda de embarques marinos aumenta exponencialmente. Esto produce que el espacio en los buques sea menor y que el requerimiento de transporte se eleve, por lo que el tercer trimestre del año suele ser el más caro. Pero

¿Es posible minimizar las consecuencias?

  • Durante esta temporada es recomendable ser flexible, siempre que el tipo de mercadería que transportamos lo permita, para minimizar el efecto del GRI en nuestros embarques.
  • Tener una agencia marítima de confianza en la que siempre podamos confiar y nos ayude a tomar las mejores decisiones en cuanto a las variaciones temporales del mercado.
  • Aunque estas variaciones son difíciles de pronosticar, es ideal estar atento a su aparición que siempre es anunciada con anterioridad y a su término que, en algunas ocasiones, también ocurre antes de lo anunciado.
  • Para mercancías que tienen como destino Estados Unidos, es implementado a inicio del mes y puede ocurrir que empiece a reducirse paulatinamente a partir de la segunda semana de aplicación.

En resumen, los GRI son sobre costos pocos afortunados en los embarques internacionales y en algunas ocasiones no podemos evitarlos. No obstante, estar atentos a las tendencias del mercado y programar nuestras entregas puede disminuir su impacto.

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